Durante los últimos 80 años, la terapia de ultrasonido se ha utilizado como un procedimiento no invasivo para tratar una amplia variedad de dolencias. A menudo se usa para tratar la hinchazón, particularmente cuando esta hinchazón se extiende sobre un área más grande de lo habitual. También se puede usar para la fonoforesis, que es cuando el medicamento se introduce al cuerpo a través la piel sin emplear una inyección. Esto hace que la terapia de ultrasonido sea adecuada cuando los métodos típicos no son adecuados para un paciente, como cuando alguno tiene miedo de las agujas o son hemofílicos (que sangran con facilidad).

La mejor manera de describir la terapia de ultrasonido es simplemente pensar en los ultrasonidos usados en mujeres embarazadas, porque la tecnología es esencialmente la misma. Se colocan pequeñas sondas de mano en el área de tratamiento combinadas con gel o crema, que se pueden medicar, según la afección en cuestión. La sonda vibra, enviando ondas a través de la piel al interior del cuerpo. Estas ondas hacen que el tejido subyacente vibre, lo que puede tener una variedad de beneficios que veremos a continuación.
En general, las sesiones de terapia de ultrasonido no duran más de 5 minutos. Y lo único que se hace es aplicar el gel o la crema y luego se frota la sonda alrededor del área afectada.